Esta técnica combina el masaje terapéutico con la movilización articular activa por parte del paciente. El fisioterapeuta guía los movimientos y realiza un masaje intenso sobre los músculos acortados, contracturados o con puntos gatillo miofasciales.
Los principales objetivos del masaje activo son:
- Elongar y relajar la musculatura acortada o contraída para restaurar su flexibilidad y rango de movimiento.
- Mejorar la circulación sanguínea y el drenaje linfático en la zona tratada para reducir la inflamación.
- Disminuir el tono muscular elevado y aliviar el dolor por contracturas musculares.
- Romper las adherencias y fibrosis musculares que limitan la movilidad articular.
- Preparar la musculatura antes de realizar ejercicios de estiramiento más profundos.
Esta técnica se suele emplear en alteraciones como tendinitis, contracturas musculares, síndromes de atrapamiento nervioso, rigideces articulares, etc. El masaje activo ayuda a restaurar la funcionalidad y movilidad perdidas.
Es una técnica que requiere la participación activa del paciente mediante la realización de movimientos guiados por el fisioterapeuta. De esta manera, se promueve la conciencia corporal y el control motor del paciente sobre su propia musculatura.